miércoles, 9 de abril de 2008

El tren que vuela, el rey que abdica y el gato que araña


Cuestiones personales no le permiten a uno tener todo el tiempo que quisiera para escribir acerca de las cosas que vemos en este, nuestro deporte. Perdí la oportunidad de alabar, entre comillas, a Fabian Cancellara, un tren que, en primer lugar cruzó los dos mares siendo el más rápido, para después, en la 'Primavera', volar en los kilómetros finales, para dejar esa impronta que ha hecho típica en los últimos tiempos, desde aquella victoria estratosférica en Compiègne. Una 'Primavera' más movida que otros años. Bettini primero, un super bombero Bertolini después, para, tras coronar el Poggio, formar un grupo de 15 corredores, donde estaban los que tenian que estar. Rebellin, Gilbert (ambos en una gran forma), Cancellara (a la postre vencedor), Freire (siempre dando la cara), el genio Pozzatto, y algun que otro invitado como Landaluze, que fue el último en probarlo antes de que el tren despegara, literalmente hablando. En el estrneo del blog, hace un año, dije que la 'Primavera' era un tostón de un montón de kilómetros, para que algún valiente ataque en el Poggio, que lo cojan a poco de meta, y que gane un sprinter. Este año se juntaron en cabeza muchos y muy buenos, y por detrás solo estaba Milram para trabajar, siendo Petacchi el vencedor entre los del pelotón. Freire ni disputó al ver que Cancellara ganaba. Una actitud que siempre se la reprocharé. Pero es su forma de ser y de competir. Cancellara culminaba su semana grande, después de volar entre los dos mares, para acabar de una forma espectacular venciendo la 'Primavera'. Ganó a lo Cancellara, siendo un tren que vuela sobre el asfalto.


El domingo pasado fue De Ronde. De nuevo la batalla por ser el Rey de esta tierra. Es una victoria que salva una temporada, sobretodo si no eres un primera fila. Es lo que le ocurrió al vencedor, un chaval de Kortrijk, que vestía, después de una sensacional exhibición el año pasado, el maillot de campeón belga. Es Stijn Devolder. Un hombre que demuestra de lo que son capaces los equipos de hacer con los corredores. Su anterior etapa, en Discovery Channel, hacía que se viera en Devolder un corredor que apuntaba a las Grandes Vueltas. Fue de oro en la Vuelta, pero hasta ahí pudo llegar. Este año, con la desaparición de los americanos, ha llegado a Quick Step, una estructura orientada a carreras de un día. Ha tardado 4 meses. Ya es Rey de Flandes. Y haciendolo como soñaría cualquier belga hacer. Con el maillot de campeón nacional, rememorando al enorme Johan Musseuw. Hubo alguien más que entró en la historia. Fue Flecha, con la mejor clasificación en la historia de un corredor español en Flandes. Acabó tercero, en el podium, en una genial carrera suya. Pero sin culminar, como siempre. El sino de Flecha. Mucho brillar para no ganar. Hizo una carrera sensacional, dando la cara en todo momento, y corriendo de una manera muy inteligente. Pero no ganó. No gana desde hace más de 3 años. Demasiado tiempo. Le queda Roubaix, quizá una de sus últimas oportunidades del año.

Pero si hay que nombrar a alguien, ese es el Rey. A pesar de ser brutalmente derrotado el año pasado por un genial caballero italiano, este año demostró porque es quien es. Le dió casi media carrera a Devolder. Siempre en el primer grupo perseguidor de su compañero de equipo, haciendo de freno para todos aquellos que quisieran atrapar a Devolder. Frenó a genios como Ballan, Cancellara o Pozzatto, estos dos últimos quizá con la gasolina muy justa, después de superar con dificultad los muros decisivos (el Muur y el Bosberg). Hincapie en su línea. La misma de Flecha en estas carreras, la de no ganar. Fue quinto, en una buena carrera también por su parte. Muchas sorpresas. Demasiadas. Rast (segundo en coronar el Muur), Terstpra, Langeveld, Van Avermaet, Spilak o Barredo. Todo ello provocado por la poca dureza de la carrera entre este año y el año pasado, donde en las faldas del Kapelmuur se presentaban más de una treintena de corredores. Freire intentó exhibirse. No le sirvió para nada. Decepcionante desde mi punto de vista. Se dejó ir cuando se vió sin fuerza en el Muur. La carrera fue de Quick. La carrera la decidió Boonen. Un rey que abdicó en el hijo pródigo.


Hoy se ha disputado la Gante-Wevelgem. La tercera carrera del adoquín. Solo dos dificultades, el Monteberg y el Kemmelberg. Poca dureza, que hace de esta carrera una gran oportunidad para los sprinters con capacidad de aguante. No en vano aquí han ganado gente como Cipollini o Hushovd. Fue una carrera con solo un par de cosas a destacar. Fueron Pozzatto y Gilbert los únicos que se atrevieron con el pelotón. Un duo de genios. Pero no pudieron. Rabobank trabajó mucho. Y cuando Rabobank trabaja es por algo. Ganó, quien sino, 'The Cat', Oscar Freire. Entra en la historia, como primer ciclista español en la historia en vencer esta carrera. Freire sacó sus garras y arañó a todos, con un sprint de película, larguísimo, sin que nadie pudiera hacerle sombra. Para aplaudir. Es un animal para esto. O dos. Es Freire. Y araña.

Xaby

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