LLegaba uno de los primeros fines de semana importantes de la temporada. Dos pruebas, una en Italia y otra en Francia, ambas de gran tradición en lo que a Febrero se refiere, el Trofeo Laigueglia y el Tour du Haut Var.
La clásica italiana fue un poco descafeinada. En una zona muy atractiva, ya no por la proximidad de San Remo y Niza, sino también porque el recorrido puede dar lugar a mucho juego, los ciclistas no se implicaron. Atrás quedan la exhibición de Ignatiev el año pasado, la sensacional victoria de Ballan en 2006 después de una clásica dura o una de las últimas actuaciones destacados del 'bombero' Frigo en 2005. El Balestrino es un puerto que da mucho más de sí para lo que ofrecieron los ciclistas el sábado. LLegó un grupo compacto, algo que no recuerdo si se había dado alguna vez anteriormente. Se iban a disputar la victoria los Richeze (lanzado por Dall'Antonia), Lorenzetto, Gasparotto y cualquie hombre rápido que se hubiera atrevido. Y por ello fue que se metió el 'camello' Paolini, e hizo valer su buena punta de velocidad, la cual le ha llevado a apuntarse una medalla en un Mundial o a ser tercero en una San Remo (al sprint, otra vez lo fue llegando fugado). En teoría, y con la libertad que ahora goza Paolini para las carreras (cosa que no ha tenido nunca), debería ser el año que más destacara, pero, ya que Acqua Sappone está vetado en todos los sitios, se tendrá que conformar con pruebas de este calibre. Segundo fue Pietropolli (se merece post ya), confirmando aquello que se rumorea de que los LPR andarán mucho este año. El 'vago' Pozatto cumplió y el pupilo de Ferraro, Bertolini, ya avisó de que este año puede dar más que hablar que el año pasado, que ya es decir. Gente como Cunego, Ballan, Di Luca, Dekker o Simoni vinieron a rodar para hacer kilómetros, en busca de objetivos más ambiciosos a lo largo de la temporada, y otros como Honchar reaparecían, después de un año pasado un tanto oscuro.
La otra prueba destacada del fin de semana fue el Tour du Haut Var, con llegada en Draguignan. Con un recorrido bastante rompepiernas también, donde los equipos franceses intentaban seguir con el buen principio de temporada que llevan, intentando reducir la distancia de su ciclismo con la del resto de potencias de Europa. La carrera fue rara. Y digo rara ya que el noruego gironés Thor Hushovd anduvo escapado en solitario mucho tiempo. Lo cazaron y se sucdieron los ataques. Un luchador Vogondy, Gilbert, hasta el ataque definitivo, del italiano de Gerolsteiner Davide Rebellin. Era una carrera de preparación para él, pero eso no importó. 36 primaveras ni más ni menos. En un primer instante, nadie pudo seguirle. El primero en alcanzarle fue Botcharov, ganador del Tour del Mediterraneo hace pocas fechas, que mantenía su buen punto de forma. Después se les uniría Nocentini, tras una sensacional bajda de la última cota. Por detrás no hubo entendimiento, donde Bouygues fue quien más intentó el reagrupamiento. Valverde estuvo demasiado solo, y no quiso desgastarse para cazar. Rebellin ganó el sprint de tres, dando Geslin, seguido de un incansable Gilbert, tiempo al resto. Valverde fue undécimo.
Este fin de semana comienza el adoquín, con la Het Volk como plato fuerte, donde, probablemente y ante las ausencias de Pozatto y Ballan, no haya italianos en condiciones de disputar. Aunque nunca se sabe. Una de las máximas en el mundo del ciclismo es que si en una fuga van 4 españoles, 3 alemanes, dos franceses y un italiano, gana el italiano. Ha sido siempre así, haciendo extensible la famosa frase del gran Gary Lineker. Son listos, astutos, escurridizos. Son italianos. Este fin de semana empezó lo bueno en ciclismo. Y ocurrió lo de siempre. Ganó Italia.
Xaby
La clásica italiana fue un poco descafeinada. En una zona muy atractiva, ya no por la proximidad de San Remo y Niza, sino también porque el recorrido puede dar lugar a mucho juego, los ciclistas no se implicaron. Atrás quedan la exhibición de Ignatiev el año pasado, la sensacional victoria de Ballan en 2006 después de una clásica dura o una de las últimas actuaciones destacados del 'bombero' Frigo en 2005. El Balestrino es un puerto que da mucho más de sí para lo que ofrecieron los ciclistas el sábado. LLegó un grupo compacto, algo que no recuerdo si se había dado alguna vez anteriormente. Se iban a disputar la victoria los Richeze (lanzado por Dall'Antonia), Lorenzetto, Gasparotto y cualquie hombre rápido que se hubiera atrevido. Y por ello fue que se metió el 'camello' Paolini, e hizo valer su buena punta de velocidad, la cual le ha llevado a apuntarse una medalla en un Mundial o a ser tercero en una San Remo (al sprint, otra vez lo fue llegando fugado). En teoría, y con la libertad que ahora goza Paolini para las carreras (cosa que no ha tenido nunca), debería ser el año que más destacara, pero, ya que Acqua Sappone está vetado en todos los sitios, se tendrá que conformar con pruebas de este calibre. Segundo fue Pietropolli (se merece post ya), confirmando aquello que se rumorea de que los LPR andarán mucho este año. El 'vago' Pozatto cumplió y el pupilo de Ferraro, Bertolini, ya avisó de que este año puede dar más que hablar que el año pasado, que ya es decir. Gente como Cunego, Ballan, Di Luca, Dekker o Simoni vinieron a rodar para hacer kilómetros, en busca de objetivos más ambiciosos a lo largo de la temporada, y otros como Honchar reaparecían, después de un año pasado un tanto oscuro.
La otra prueba destacada del fin de semana fue el Tour du Haut Var, con llegada en Draguignan. Con un recorrido bastante rompepiernas también, donde los equipos franceses intentaban seguir con el buen principio de temporada que llevan, intentando reducir la distancia de su ciclismo con la del resto de potencias de Europa. La carrera fue rara. Y digo rara ya que el noruego gironés Thor Hushovd anduvo escapado en solitario mucho tiempo. Lo cazaron y se sucdieron los ataques. Un luchador Vogondy, Gilbert, hasta el ataque definitivo, del italiano de Gerolsteiner Davide Rebellin. Era una carrera de preparación para él, pero eso no importó. 36 primaveras ni más ni menos. En un primer instante, nadie pudo seguirle. El primero en alcanzarle fue Botcharov, ganador del Tour del Mediterraneo hace pocas fechas, que mantenía su buen punto de forma. Después se les uniría Nocentini, tras una sensacional bajda de la última cota. Por detrás no hubo entendimiento, donde Bouygues fue quien más intentó el reagrupamiento. Valverde estuvo demasiado solo, y no quiso desgastarse para cazar. Rebellin ganó el sprint de tres, dando Geslin, seguido de un incansable Gilbert, tiempo al resto. Valverde fue undécimo.
Este fin de semana comienza el adoquín, con la Het Volk como plato fuerte, donde, probablemente y ante las ausencias de Pozatto y Ballan, no haya italianos en condiciones de disputar. Aunque nunca se sabe. Una de las máximas en el mundo del ciclismo es que si en una fuga van 4 españoles, 3 alemanes, dos franceses y un italiano, gana el italiano. Ha sido siempre así, haciendo extensible la famosa frase del gran Gary Lineker. Son listos, astutos, escurridizos. Son italianos. Este fin de semana empezó lo bueno en ciclismo. Y ocurrió lo de siempre. Ganó Italia.
Xaby
3 comentarios:
Acabo de leer en una entrevista a Bert Roesems en pezcyclingnews.com que este año ha cambiado el recorrido de la Het Volk. Roesems apuesta por McEwen asi que lo mismo gana un italiano al sprint Xaby!
Saludos
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